miércoles, 4 de enero de 2017

ORACIÓN A SANTA ISABEL ANA BAYLEY SETON


Oración a Santa Isabel Ana Bayley Seton



Oh Dios, que bendijiste a santa Isabel Ana Seton
con los dones de tu gracia en su vida como esposa,
madre, educadora y fundadora, e Hija de la Caridad,
para que su entrega se convirtiera en servicio de tu pueblo,
concédenos por el ejemplo e intercesión de esta santa,
que nosotros también aprendamos a dar testimonio de
nuestro amor por Ti, amando a nuestros hermanos.

Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo.

Amén.

SANTA ISABEL ANA BAYLEY SETON, 4 DE ENERO


Hoy 4 de enero es la fiesta de Isabel Bayley Seton, primera santa nacida en Estados Unidos




 (ACI).- Isabel Ana Bayley viuda de Seton es la primera santa nacida en los Estados Unidos, país donde fundó la primera escuela católica y la primera congregación estadounidense de religiosas bajo el nombre de Hermanas de la Caridad de San José.

Además, es considerada patrona de las escuelas católicas, viudas y niños en peligro de muerte.


Nació el 28 de agosto de 1774 en Nueva York. Sus padres, el Dr. Richard Bayley y Catalina Charlton, eran anglicanos y leales miembros del partido conservador.

A los 20 años, la santa conoció a William Magee Seton, un importante negociante con el que se casó luego de un corto tiempo de noviazgo y tuvo cinco hijos.

El 27 de diciembre de 1803 su esposo falleció debido a una tuberculosis. Y luego, fue acogida por varios meses en la casa de la familia italiana Filicchi.

Durante su estancia entró en contacto con las prácticas religiosas católicas, y el 14 de marzo de 1805 se convirtió catolicismo. Entre los aspectos que más impresionaron a Isabel y la llevaron a la conversión fue la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y la devoción a la Virgen María.

De regreso a Nueva York, además de la difícil situación económica tuvo que sufrir la oposición de su familia y amigos.

En 1809 fundó el Instituto de Hermanas de la Caridad de San José en la diócesis de Baltimore, la cual se convierte en la primera Congregación religiosa femenina en Norteamérica. Después de su muerte las Hermanas se unen a la Compañía de las Hijas de la Caridad de París, tal como fue su deseo desde los comienzos.

También fundó la primera escuela parroquial católica en Estados Unidos.

Falleció en Maryland el 4 de enero de 1821. Fue beatificada el 17 de marzo de 1963 por el Papa Juan XXIII y canonizada el 14 de septiembre de 1975 por el Papa Pablo VI.

Hoy una imagen suya se encuentra en las puertas principales de la Catedral de San Patricio en Nueva York.

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 4 DE ENERO 2017

Otros Santos y Beatos del 4 de enero
Completando el santoral de este día, 4 de enero
Rigoberto de Reims, SantoRigoberto de Reims, Santo
Obispo, 4 de enero
Manuel González García, SantoManuel González García, Santo
Obispo y Fundador, 4 de Enero
Isabel Ana Bayley Seton, SantaIsabel Ana Bayley Seton, Santa
Fundadora, 4 de enero
Ángela de Foligno, SantaÁngela de Foligno, Santa
Terciaria Franciscana, 4 de enero
Gregorio de Langres, SantoGregorio de Langres, Santo
Obispo, 4 de enero
Dafrosa de Roma, SantaDafrosa de Roma, Santa
Viuda y Mártir, 4 de enero

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 4 DE ENERO 2017


Miradas misteriosas.
Juan 1, 35-42, Miércoles de Feria de Navidad, Ciclo A.


Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Véante mis ojos,dulce Jesús bueno;véante mis ojos,muérame yo luego.
Vea quien quisiererosas y jazmines,que si yo te viere,veré mil jardines,flor de serafines;


Jesús Nazareno,véante mis ojos,muérame yo luego.
No quiero contento,mi Jesús ausente,que todo es tormentoa quien esto siente;sólo me sustentesu amor y deseo;
Véante mis ojos,dulce Jesús bueno;véante mis ojos,muérame yo luego. (Santa Teresa de Ávila)
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?". Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa 'maestro'). Él les dijo: "Vengan a ver".
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir 'el ungido'). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca').
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El Evangelio de hoy nos pone en un ambiente contemplativo. En pocas líneas encontramos cuatro miradas: Juan que se fija en Jesús; Jesús mira a los dos que lo siguen; ellos, a su vez, ven dónde vive Jesús; finalmente Jesús que se fija en Pedro. Entremos durante la oración en este juego de vistas. Fijémonos en Jesús, dejémonos mirar por Él, pidámosle que nos mire y que nos permita verlo…
La mirada de Cristo se clava hasta lo más profundo del corazón: el hombre, Jesús de Nazaret, es al mismo tiempo el Dios verdadero, el Dios que nos ha creado con vistas a una vocación y a una misión. Nuestra mirada, en cambio, no llega tan lejos. Al mirarlo, escuchamos las palabras «He aquí el Cordero de Dios», o recibimos un nuevo nombre, como sucedió a Pedro. En un primer momento todo llega desconocido. Aún hay muchas verdades de fe que no percibimos plenamente, así como todavía existen nombres desconocidos dentro de nuestro propio corazón. Un misterio se abre frente a nosotros siempre que entramos en contacto con Dios.
Sin embargo, el misterio de Dios no es como una noche tenebrosa, o como un conocimiento oscuro y reservado a unos pocos «iluminados». Misterio significa una realidad por descubrir, un horizonte que poco a poco va dejando salir el sol... hasta llegar a decir un día como el apóstol san Juan: «En efecto, la Vida se manifestó, y nosotros, que la hemos visto, damos testimonio y les anunciamos la Vida eterna, que estaba junto al Padre y que se nos manifestó»” (1Juan 1, 2) Seguir a Cristo es un descubrimiento diario de una Persona fascinante. «Vengan a ver». ¿Queremos venir hoy a verlo?
«La palabra justa es precisamente compasión: el amor lo lleva a “sufrir con” ellos, a involucrarse en la vida de la gente. Y el Señor está siempre ahí, amando primero: él nos espera, él es la sorpresa. Es precisamente esto lo que le sucede a Andrés cuando va a Pedro y le dice: “Hemos encontrado al Mesías, ¡ven! Pedro va a Jesús, este lo mira y le dice: “¿Tú eres Simón? Serás Pedro”. Lo esperaba con una misión. Antes lo había amado Él.»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 15 de enero de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré diez o quince minutos de adoración eucarística.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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